Solo bastaron quince minutos para que te rindieras
minuto uno; llega de repente lo que tanto habías
anhelado,
minuto dos; empiezas a idealizarla, a crear cosas
maravillosas,
minuto tres; crees que es la idea mas maravillosa
que se te ha ocurrido,
minuto cuatro; consideras las alternativas,
minuto seis; comienzas a dudar, y sientes un leve
temblor en tus piernas,
minuto siete; te resistes ante la duda
y das soluciones.
minuto ocho; crees que esta idea dará un giro completo
a tu vida
minuto nueve; pones miles de pretextos y te
saboteas a ti mismo
minuto diez; piensas en que tan difícil suele hacer
algo
minuto once; reconoces que no estas preparado para dar este
gran paso
minuto doce; una ligera esperanza renace de la nada, y crees
que es tiempo de aventarse
minuto trece; te das cuenta de tus limitaciones,
minuto catorce; quieres superar tus limitaciones,
minuto quince; llegas a la conclusión de que no estas listo todavía
para dar este gran paso.
1 comentario:
Y así una repetición al infinito y esto porqué sera si no dudo que haya un deseo verdadero de cambio, entonces, por que pareciera como unas fuerzas ajenas a uno, que devinieran desde lo más recóndito y obscuro del alma, se ciñera sobre la conciencia y nos volviera parte del goce mas obscuro de nuestro ser. Amado hermano lo único que pude lanzar luz sobre este enorme problema es gestar un deseo inédito de que eso sea de otro modo.
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